sábado, 17 de mayo de 2008

Cuándo es suficiente?

Lévantate y sigue peleando, por el amor, la amistad y todo lo que es bueno en este mundo!. En ese preciso instante el héroe de la película, se levanta maltrecho, la mirada que posee es desiciva, cierra su puño y sacando fuerzas aún a costa de su propia vida, conecta un solo y último golpe al villano el cual, generalamente, cae desde un risco, o queda malherido el suficiente tiempo para decir algo como lo siguiente: "cómo es posible? si "X" estaba prácticamamente muerto... aghhhh, he sido derrotado por... por... aghhhh alguien mucho más débil que yo ahhhhhhhhh". En eso el héroe se levanta y dice algo triunfal como "nadie puede derrotar al poder del amor, la justicia y todo lo bueno que hay en este mundo".

Bien, este es el prefabricado de la gran mayoría (99.9%) de las películas de acción, series de animación o novelas thriller, donde se nos enseña que el bien siempre triunfa, y que el poder de la desición puede todo. Bien en el mundo real, me parece que es una gran mentira espeluznante, solo por definición, no por probabilidad. En general, los malos de las películas son obsesivos, llevan toda su vida estudiando, mejorándose a si mismos, haciendo lo que tengan que hacer, completamente decididos para llevar a cabo su plan, el cual puede variar; conquistar el mundo, destruir washington, o vengarse de un rival del pasado. El caso es que dedica toda su vida a un fin, en cuerpo y alma, para que un pobre inútil conocido como el "héroe" destruya el trabajo de su vida, solo por valores como la supuesta libertad, el malinterpretado amor, o algo así.

Aqui es donde entro yo, no creo que "nunca rendirse" sea la solución, estoy de acuerdo, rendirse fácil es tonto y cómodo, pero la actitud de jamás rendirse, es tal vez más peligrosa, en mi opinión hay cosas que escapan a nuestras habilidades y obsesionarse con ellas solo por un ridículo concepto como "jamás rendirse", es de lo más destructivo y consumidor de fondos del mundo. Pongamos un ejemplo, el nerd del salón, un flacucho moreno de lentes, particularmente feo, sin estatus social alto, onsesionado con naruto y sin habilidades sociales, está perdidamente enamorado de Wendy, la simpática niña rica, porrista deseada por el universo que lo tiene todo. Aqui si el nartutard se obsesiona con ella, y trata con todos sus fines de obtener el amor de Wendy, lo más que alcanzará será una vida miserable y una orden de restricción de 5 km contra él, aqui exactamente es donde se vuelve nocivo el jamás rendirse, como ninja debo pensar en: es mejor correr hoy, para pelear mañana, que morir con "todos los honores" en el campo de batalla, después de todo, ningún soldado es recordado en individual por dar la vida, y los honores no te sirven de nada en el mundo de los muertos, así que más vale mantenerse con vida, aunque eso signifique claudicar de vez en cuando, por extraño que paresca.

No quiero alentarlos a desertar de cada actividad latosa que desempeñen, solo quiero hacer un poco de conciencia en que no siempre es bueno mantenerse al pie del cañón, y que no es de poco valor saber caundo retirarse de algo, el ejemplo obligado es tratar de sacarte la lotería a la fuerza bruta, comprando grandes cantidades de boletos, para "jamás rendirse", ló más probable es que pierdan todo su dinero y esperanzas y la lotería se la saque el hijo del dueño que misteriosamente se la ha sacado 5 veces conosecuitvas jaja o un viejito vende tortillas, para desviar la atención de los medios. Recuerden que es de sabios cambiar de opinión, reconsiderar sus acciones y ajustar las velas, porque si siguieramos un curso rígido, seguramente todo el dinero que ganáramos se nos iría en juguetes y bicicletas jaja.

Pensé claudicar en escribir este blog serio, porque pensé que me había secado, pero me doy cuenta que me divierto y que no me importa quién lo lea o no, así que hoy toca la paradoja, pensé en rendirme, y justo eso me dió nuevas ideas para no rendirme jajaja.

Saludos y gracias por leerme

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo importante es hacer una estratégia. No estar solo pensando en pasar todas las adversidades de frente cuando puedes darles la vuelta a problemas innecesarios.