lunes, 8 de octubre de 2007

El terrorífico poder de la verdad

Cómo se me ve esta blusa?, es la pregunta más temida para cualquiern novio (bueno hay mucho peores, pero son menos recurrentes), a la que se suele responder "bien" (sea o no el caso).

Estamos inmersos en un mundo de mentiras, si no me equivoco, desde que vemos un anuncio de la neuva "super hamburguesa" inconcientemente pensamos; "bueno así se ve, pero de que tamaño será realmente". No culpo a los queridos publicistas o mercadólogos, (siendo yo uno de ellos) por la oleada de falsedad que se vive en estos tiempos, más bien es una tendencia que se viene dando desde el inicio del hombre en sociedad, siempre recurrimos a engrandecer las cualidades y disminuir los defectos, al menos cuando hablamos de nosotros mismos, en sociedad, fuinciona diferente, todos los esposos son monstruos, y todos los muertos son santos.

Sin embargo cada vez que decimos una mentira, equivale a librar un cheque, osea que alguien podrá cobrarnos en determinada ocasión. Damos poder sobre nosotros cada vez que decimos una mentirilla y no porque la vida se cobre ojo por ojo y diente por diente, sino porque cuando mentimos, nos vemos obligados a casarnos con nuestra coartada, que muchas veces es algo casi imposible de hacer, una persona puede recordar una mentira como verdad, pero uno no puede recordar una mentira, tan vívidamente como una verdadera experiencia, por lo que la llevamos de perder.

"¿En qué me puede afectar una mentira blanca? eso es exagerado", bien, al librar uno de estos pequeños cheques, se nos hace costumbre, y es lógico pensar que un cheque de un millón de pesos, es igual a un millón de cheques de un peso no?. Por lo tanto cuando llega el cobro, la factura es interesante. Solemos responder con comodidades diplomáticas, más que con la fea, fria y poco ortodoxa verdad que duele, pero veanlo como una inversión, si alguien les pregunta algo como "te gustaría ver la película de amor entre petalos de rosas?" (cuando odias tajantemente las películas de romance) a lo que respondes con algo como "si, claro, vamos a verla". Hasta aqui todo marcha relativamente bien, solo libraste una mentirilla con tal de ver felíz a la persona con quién vas, sin embargo, la verdadera pesadilla comienza, el aceptar ver una película de ese tipo, da pie a que todas y cada una de las películas de romance las quieran ver contigo (Si, aqui es donde se pone feo), porque empiezas a librar mentiras más grandes, "me encantaría pero hoy no puedo ver películas porque me duele un ojo" o "híjole, ya la vi", hasta que eventualmente la verdad emerge triunfante: "No me gustan las películas de romance, las odio, solo las veía para salir contigo!" lo que puede desencadenar una serie de conflictos innecesarios. Si en cambio, la primera vez, se hubiera respondido algo como "No me gustan las películas de romance, pero de todos modos iré contigo esta vez" el resultado es diferente, no tienes porque cargar con un lastre de este tamaño solo por ser diplomático.

La cómoda costumbre de mentir, nos va hunidendo en un mundo de pretextos, realidades alternas y demás situaciones no gratas. Sin embargo, decir la verdad es todo un arte, ya que podemos herir a la gente que no está acostumbrada, como es el caso de nuestros amigos del norte, que "Yo soy franco y directo" y dicen lo que se les ocurre sin siquiera requerir su punto de vista, lo cual puede ser bastante ofensivo, ya que a fin de cuentas cada cabeza es un mundo no?.

Bien volviendo al tema, ejercitar nuestro músculo de la verdad, tal vez nos traiga unas cuantas caras largas, pero debemos recocigarnos de ello, si una persona quiere una opinión, se la damos, y no le gustó por tratarse de algo que no esperaba, el que tiene el problema ciertamente no será el que diga la verdad, y no hay nada que podamos hacer al respecto, pero al menos no cargaremos con esa pequeña cruz.

Yo los invito el día de hoy, a que no compartan su poder con otros, de por si, es difícil controlar el cuerpo y la mente propios, como para andar regalando ese poder a las demás personas. Seamos dueños de nuestors destinos, elijamos la verdad aunque duela, tarde que temprano siempre sale a flote, sin mencionar que es más sencilla, aunque a veces cómoda no sea, y si no queremos decir verdades fuertes y que lastimen, simplente no realicen las acciones que les dan vida.

Les agradesco su tiempo.

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